(Imagem: youtube.com) Se iba Pantaleón al trabajo, cuando se le ocurió de pasar a ver Arnold, no el Scwarzenegger pero sí Jimenes, viejo amigo, propietario de una tienda en la Guernica con la Rambla, justo en la esquina. Lo encontró charlando con la dependienta, una chica de ojos oscuros profundos. Era la semana muerta del comercio, los clientes se habían ido de chopp a la playa, Arnold podia hacer lo que quisiera. - He pasado por los escombros. ¿A quién los has vendido? - A los hermanos Arajuès. Van a pagarnos despuès del diez. Y Arnold cometió el acto fatal: - Te presento la señorita Mallagana, mi dependienta. ...